EL TERRITORIO Y LOS ELEMENTOS FÍSICO NATURALES | 01
Las condiciones geológicas y litológicas para el potencial de aprovechamiento minero
En el aspecto geológico de la Parroquia Paracotos, se destaca en el sector montañoso y de piedemonte, materiales de origen Cretácico y Terciario, donde las rocas del área por lo general no están muy plegadas, y en el sector de los valles intramontanos por el contrario, predominan materiales de origen Terciario y Cuaternario Reciente, dominados por depósitos aluviales y coluviales, relativamente poco plegados y descansando sobre rocas metamórficas e ígneas.
La combinación de la litología y de la estructura predominante, explican la presencia del relieve mayormente accidentado y abrupto, con altas pendientes, crestas irregulares, agudas y profundos entalles, así como de los estrechos y cortos valles intramontanos que se orientan casi en forma perpendicular al sistema montañoso, siguiendo el patrón estructural dominante.
La región está caracterizada por una topografía joven con erosión rápida y está probablemente en proceso de levantamiento (Smith, 1952) . Su estructura geológica tipificada por la presencia de anticlinales, sinclinales y numerosas fallas, diaclasas y fracturas, dan muestra de la dinámica tectónica de la región (Smith, 1952). Predomina el fallamiento normal y las fallas transcurrentes, las fallas de borde son muy comunes especialmente en la red vial de toda la Parroquia.
El área se encuentra localizada en zonas de alto peligro sísmico, con propios focos de importancia y posibles deformaciones de la superficie terrestre. Por lo general, los movimientos de origen sísmico se consideran de importancia latente, debido a la existencia de fallas locales activas (Ocampo, Rodríguez, Paracotos). Estas fallas pertenecen a un sistema de fallas mayor, correspondiente a la Falla de La Victoria, una falla activa de importancia nacional. De acuerdo con estudios del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables, el área requiere estudios sísmicos especiales para la determinación de las zonas más vulnerables y establecer una mejor organización del espacio geográfico (MARNR-DGSPOA-SAV, 1982).
Zona de topografía joven. En el centro, una parte de la localidad de Paracotos y su zona industrial. Vista tomada desde la carretera Taica - Parques del Sur.
Zona de erosión en los alrededores de la localidad de Paracotos, Sector Cuepe.
El aspecto litológico muy ligado al anterior, comprende principalmente rocas metamórficas y sedimentarias caracterizadas principalmente por su alta tasa de inestabilidad estructural (Smith, 1952). Aunque muchas de ellas son de importancia económica, su explotación en los límites de la Parroquia no es recomendable si no se toman las previsiones ambientales correspondientes, por su alta incidencia ecológica y ambiental que podría originar en el área, tal como se observa en algunas zonas de explotación actual (Mapa 3).
Las rocas del basamento comprenden la Serie de Caracas, empezando con la Formación Las Brisas seguida de las formaciones Las Mercedes y Tucutunemo. Encima de la Serie de Caracas descansa la Formación Paracotos, compuesta mayormente por rocas tufáceas, y suprayacente a ésta, aflora de forma discontinua, principalmente hacia el Sur de la Parroquia, componentes ígneos de las “Rocas Volcánicas de Tiara” (Smith, 1952. Shagam, 1960).
Las rocas metamórficas de la Serie de Caracas y la suprayacente Formación Paracotos, muestran una abundancia de vetas de cuarzo en la parte superior, encontrándose raramente en la parte inferior de las formaciones (Dengo, 1951. Shagam, 1960).
Según Aguerreverre y Zuloaga (1937) y Smith (1952), las capas más inferiores de la Formación Las Brisas incluyen conglomerados, gneises microclínicos, calizas y esquistos seríciticos, todas éstas bastante resistentes a la meteorización. La resistencia a la erosión es debida a la presencia de carbonato de calcio en estas capas inferiores. En este tipo de rocas, se desarrolla poco suelo bajo las condiciones de clima prevalecientes del área. En las partes donde la roca se hace más cuarzosa, la disolución generalmente remueve la pequeña cantidad de feldespato de la matriz, de manera que se meteoriza a una arena maciza blanca, frecuentemente descolorada por limonita y grafito. Descansando sobre las capas inferiores, y en lugares intercaladas con ellas, hay una serie de esquistos grises y marrones más altamente deformados que constituyen las capas superiores de la Formación Las Brisas. Aunque, ocasionalmente una capa silícea aflora en pequeñas filas, el profundo suelo parece capaz de soportar solamente vegetación herbácea (Smith, 1952). Esta formación esta presente hacia el Noroeste de la Parroquia.
La Formación Las Mercedes por su parte, se compone de rocas relativamente poco resistentes, la acción de la erosión es rápida, de manera que la topografía está caracterizada por laderas inclinadas y valles estrechos en forma de “V” que se ubican hacia los extremos Noreste y Este de la Parroquia. En contraste con la Formación Las Brisas, el suelo producido por la meteorización de esta roca, rica en carbonato, tiene una vegetación abundante sobre la mayor parte del área de sus afloramientos. En cuanto a composición de la formación, el Esquisto de Las Mercedes consiste principalmente en calcita recristalizada de grano medio, mezclada con sericita de grano fino. En los lugares de intenso fallamiento, la roca se compone de cuarzo triturado, moscovita y grafito en una matriz calcárea. Los afloramientos del Conglomerado de Charallave están asociados con calizas negras recristalizadas. Donde se compone de cuarzo puro, es una roca extremadamente resistente, que forma muchas laderas cubiertas de cantos, sin embargo, donde hay una pequeña cantidad de esquisto incorporado, se meteoriza relativamente rápido (Smith, 1952).
Shagam (1960), designa a la Formación Tucutunemo, una secuencia de rocas metasedimentarias constituida por filita carbonácea con intercalaciones arenosas y limosas, que aparecen en contacto de falla con la Formación Paracotos, sugiriendo además, que ella representa la unidad más joven del Grupo Caracas. González (1972) por su parte, menciona la presencia de la Formación Tucutunemo de Este a Oeste, desde la región de Los Teques-Cúa, Miranda, sección considerada como la parte inferior y media de la Formación Paracotos por Smith (1952), hasta la región de Tinaquillo en el estado Cojedes, y menciona además que la litología de la formación no es constante a lo largo del rumbo. De acuerdo a la descripción original dada por Shagam (1960), esta unidad consiste principalmente en filitas carbonáceas arenosas que varían a meta areniscas y limolitas cuarzo feldespáticas, encontrándose también cantidades menores de areniscas de grano grueso y conglomerados cuarzo-calcáreos. Una zona discontinua pero prominente de caliza cristalina negra, de grano fino, asociada a un conglomerado calcáreo, se ubica cerca de la parte superior de la secuencia y cerca de la base de la misma, aparecen algunas capas delgadas de toba básica afanítica de color verde. Esta formación esta presente hacia el Centro y Sur de la Parroquia al igual que la Formación Paracotos.
La Formación Paracotos aflora como una faja de rocas plegadas y hundidas por fallas entre las rocas no metamorfizadas al Sur, y los esquistos de la Serie de Caracas al Norte. Los mejores afloramientos dentro de la parroquia Paracotos, pueden observarse en las cercanías del río Tuy y cerca de la localidad de Paracotos. En la mayor parte del área los afloramientos han sido disectados por corrientes de agua, de manera, que las rocas exhiben sus mejores secciones en las gargantas de las montañas. La mayor parte de la filita que constituye ésta roca no es notablemente resistente a la erosión, pero las capas calcáreas epidóticas son muy resistentes, formando el tope en la mayoría de los cerros en el Centro, Sur y Suroeste de la Parroquia (Smith, 1952). Las rocas meteorizan a un suelo de color rojo intenso en la mayor parte de la región, que solo es capaz de soportar una vegetación de escasa cobertura, tal como se observa en las montañas alrededor de la Autopista Regional del Centro en su recorrido por la Parroquia. Las capas inferiores de esta formación están representadas por rocas filíticas, compuestas principalmente de clorita y cuarzo, con los minerales accesorios, zoicita, granate y turmalina. En la sección media de la formación se encuentran capas duras de color verde, que en la mayoría de los lugares descansan sobre las capas inferiores filíticas. El color verdoso, aparentemente viene del porcentaje bastante grande de epidoto de grano fino, diseminado en la roca, aunque se encuentra también alguna clorita. Concordantemente sobre las capas verdes descritas, hay una serie de lutitas filíticas, grauvacas, conglomerados y calizas formando la parte superior de la formación. Estas capas superiores se encuentran también localmente en los bloques hundidos por falla en ciertas partes, como en la localidad de Paracotos. Shagam (1960) describe además, una asociación de filita, mármol, metaconglomerado, con metalimolita y metarenisca en menor proporción.
Referente a las rocas ígneas, existen cinco clases diferentes de intrusiones ígneas en la región. Como intrusiones en la Formación Paracotos hay diorita hornabléndica y granito sódico, probablemente en relación genética, ambas han sufrido solamente metamorfismo suave. Ocurriendo también como intrusiones, en la Formación Paracotos en la parte Sur de la Parroquia y en la Formación Las Brisas en la parte Noroeste, hay una serie de harzbugitas serpentinizadas (peridotita y serpentina). En discordancia sobre el resto de la secuencia, y solamente en la parte Sur del área, hay una serie de basalto y gabro no metamorfizados (Smith, 1952).
Los mayores afloramientos de la diorita hornabléndica se encuentran más al Sur de la parroquia Paracotos, hacia los límites de Aragua y Miranda, sin embargo, en la faja de esquisto de la Formación Paracotos, al norte de Tácata y Charallave, afloran rocas ricas en hornablenda en masas pequeñas. Los mejores afloramientos ocurren en la quebrada Charallave, en los límites de las parroquias Las Brisas y Paracotos. Aquí, la roca es de color verde oscuro y está compuesta por partes iguales de anfíbol y feldespatos altamente alterados. Aunque la hornablenda parece estar ligeramente fracturada, la roca entera no está muy triturada. En la parte este de la Parroquia, se haya epidoto llenando las fisuras en la diorita hornabléndica, el epidoto es especialmente abundante cerca de las fallas geológicas grandes (Smith, 1952).
El granito sódico se encuentra presente en una cantidad menor y fue inyectada como diques en la diorita hornabléndica de la Formación Paracotos y en los esquistos de la Formación Las Mercedes, raramente llegan estratigráficamente más arriba que la porción media de la Formación Paracotos (Formación Tucutunemo, según González, 1972). Los mejores afloramientos están situados en los valles de los cursos de agua de la región, especialmente en una franja pequeña al norte del río Tuy y hacia los límites de Aragua y Miranda. Al norte de Tácata y Charallave, se observan diques de esta roca granítica cortando la Formación Paracotos y la diorita hornabléndica. Aunque la mayoría de estos diques tiene solamente medio metro de espesor, algunos llegan hasta los veinte metros (Smith, 1952). Muchas vetas de cuarzo están asociadas con las intrusiones graníticas en esta parte del área. Ambos, el granito y el cuarzo, contienen escamas grandes de moscovita.
La mejor sección de los afloramientos de la peridotita serpentinizada, dentro de la parroquia Paracotos, se observan en el curso de la quebrada Mesia, que corre a través del rumbo de la Formación Paracotos. La roca esta cubierta generalmente por un manto de arcilla roja, profundamente meteorizado, con numerosos cantos frescos y redondeados en la superficie. De acuerdo con Smith (1952), en este manto se ha encontrado una cantidad apreciable de hierro y níquel, pero el mismo es más abundante al Sur, en la zona de Tiara, en los límites de Aragua y Miranda (Smith, 1952).
La Serpentina aflora cerca de Charallave, en dos localidades pequeñas. Los afloramientos ocurren en las corrientes que drenan el área de estudio al norte y oeste de Charallave (quebradas Mesia y Paracotos) y las secciones aguas arriba de estos cursos dan los mejores afloramientos (Mapa 4). La serpentina no muestra ningún carácter distintivo, excepto la ausencia de vegetación de alto porte y la presencia de un suelo rojizo. Algunas partes también meteorizan a una arcilla verdosa.
A dos kilómetros al norte de Tácata, hacia los límites entre las parroquias Tácata y Paracotos, hay un afloramiento de roca basáltica de grano medio, en forma de una masa dura semejante a un sill. Esta roca es maciza, sin ninguna lineación o foliación y tiene la textura de una roca volcánica no metamorfizada, lo cual la hace sumamente resistente al intemperismo, formando farallones y saltos donde está expuesta. Estas mismas rocas basálticas afloran al Norte y Oeste de Charallave, aparentemente discordantes sobre las filitas de la Formación Paracotos (Smith, 1952).
Por su parte, las rocas sedimentarias y los sedimentos, topográficamente están expuestos en una serie de colinas bajas y valles estrechos de la Parroquia. La mayor parte del material de los sedimentos es poco consolidado y en gran parte es conglomerático, con algunas capas locales de arcilla verde y marrón, mostrando muy poca estratificación.
Fuera de la línea de montaña, los conglomerados son menos gruesos, los guijarros tienen un tamaño medio de 7 mm y un máximo de 5 cm. Consisten en su mayoría de fragmentos de cuarzo blanco redondeados del Conglomerado de Charallave, ftanita de la Formación Paracotos y, caliza y esquistos de las formaciones Las Brisas y Las Mercedes, todos ellos incluidos en una matriz de grano fino. Por lo general, el escogimiento en este material es pobre (Smith, 1952).
Cerca de la línea de montaña los conglomerados son mucho más gruesos, con peñas y guijarros bien redondeados del Conglomerado de Charallave y cuarzo blanco hasta de un poco más de treinta centímetros de diámetro. Estas capas gruesas no miden más de cincuenta metros de ancho, son lenticulares y parecen ser rellenos de antiguos cauces de ríos y quebradas. Por meteorización, se produce un suelo rojo, rico en cuarzo y arcillas en asociación con conglomerados, donde generalmente no hay buena estratificación y los sedimentos aún no están litificados (Smith, 1952).
Finalmente, en lo referente al aprovechamiento minero, es de gran importancia en esta región, tal como se aprecia en la descripción anterior, la potencialidad en recursos minerales, de origen metamórfico y sedimentario principalmente, que en muchos casos no se ha tomado en cuenta. Estos materiales, en su mayoría minerales no metálicos, son la base para el desarrollo urbano e industrial de una buena parte de la región centro-norte de Venezuela. Entre los materiales más importantes que se pueden extraer del área de la Parroquia destacan los siguientes:
Productos de caliza: la gran cantidad de caliza que aflora en el área de estudio es importante en el presente y, sin duda, será de importancia mayor con el futuro desarrollo de la región. Las más importantes masas de caliza son las que ocurren en las rocas ricas en microclino de la parte inferior de la Formación Las Brisas (al Noroeste), los esquistos calcáreos de la Formación Las Mercedes (al Noreste y Este), y la cantidad limitada de caliza encontrada en partes de la Formación Paracotos (al Centro y Sur de la Parroquia), consideradas de tamaño suficiente para tener un desarrollo futuro (Smith, 1952) (Mapa 3).
Uno de los más importantes usos de la roca calcárea es la fabricación de cemento. Según Smith (1952), de los esquistos calcáreos de la Formación Las Mercedes, se podría producir cemento de cualquiera o de todas las partes, previo análisis geoquímico de muestras tomadas en distintos lugares de la formación, para asegurarse de que hay roca suficiente para el abastecimiento. Asimismo, señala el autor que la composición de las rocas calcáreas parece ser bastante constante sobre la mayor parte de la región, lo cual determina la conveniencia de un depósito dado para fabricar cemento.
De igual importancia es el uso de rocas calcáreas como un agregado triturado. Éste tiene usos variados, algunos de los cuales son como material para carreteras, como relleno, como un agregado en hormigón y como balastro de ferrocarril. Las varias capas de calizas encontradas en las formaciones Las Mercedes y Paracotos, en ambas partes del área, noreste y sur, son completamente adecuadas para agregados cuando se presente la demanda (Smith, 1952) (Mapa 3).
Otro producto de las rocas calcáreas es la cal. Este producto se utiliza extensivamente para hacer mortero y emplasto para terminar los interiores de casas, y en una extensión menor para neutralizar los desperdicios ácidos de las industrias y en la purificación del agua. Las numerosas masas de caliza encontradas en la Formación Las Mercedes, parecen ser de pureza suficiente en la mayoría de los lugares, para garantizar su uso en la fabricación de productos de cal (Smith, 1952) (Mapa 3).
Como piedra tallada en construcción, la mejor roca disponible en la región para este uso, es la encontrada en las capas de caliza microclínica en la parte inferior de la Formación Las Brisas. Se usa también frecuentemente la caliza, como un fertilizante secundario para ajustar el pH de suelos para cultivos (Smith, 1952). Para la mayor parte de la Serranía del Interior, la adición de tal material como fertilizante secundario puede ser beneficiosa en la región de los Llanos, si se desarrolla extensivamente la agricultura, y en este caso resultaría justificado una explotación más intensiva del recurso.
Arena y grava: estos materiales son los constituyentes esenciales en la gran cantidad de hormigón que se usa en construcción de edificios y carreteras en la región. Todos los lechos de ríos y quebradas, particularmente los situados hacia la parte central y occidental de la Parroquia, contienen arena y grava en abundancia. Varias empresas extractivas obtienen los constituyentes de hormigón de los cursos de agua principales, de modo que se cree que las propiedades de este material son adecuadas para el trabajo. En muchos lugares, en las quebradas Maitana y Santa María-Palo Negro, la arena se ha concentrado de una manera tal que es disponible en forma bastante pura. La mayor parte de esta arena es de carácter silíceo, pero localmente, donde las corrientes drenan la Formación Las Mercedes (Noreste), el porcentaje de material calcáreo se hace también bastante grande (Smith, 1952). El costo elevado del desarrollo de un depósito de arena y grava se debe al costo de transporte del producto y a la construcción de caminos hasta los lugares de operación de la región, debido a que la mayor parte de las corrientes de agua del área están a una distancia considerable debajo del nivel general de la región y de las vías principales. En este sentido, la parroquia Paracotos, por poseer importantes vías de acceso cerca de las fuentes, en comparación con otras áreas de la región centro-norte del país, representa una mejor oferta en la disponibilidad de arena y grava a menores costos, tanto ambientales como sociales y económicos, al no tener que construirse nuevos accesos para llegar hasta alguna fuente en lugares más remotos. Para la extracción mineral en la Parroquia solo se requiere tomar en consideración las condiciones ecológicas y ambientales del área para evitar daños irreversibles a los ecosistemas locales y las consecuentes secuelas sociales que suele traer consigo este tipo de eventos (Figuras 52 a 55, Mapa 3).
REFERENCIAS
- Smith, R. J. (1952). Geología de la región de Los Teques - Cúa. Ministerio de Minas e Hidrocarburos, Dirección de Geología. Bol. Geol., Public. Esp. Vol. II, Nº 6, 333-406. Caracas.
- Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables, Dirección General Sectorial de Planificación y Ordenación del Ambiente, Sistemas Ambientales Venezolanos (MARNR, DGSPOA, SAV). (1982). (Serie II: Los Recursos Naturales Renovables, Sección 2: Las Regiones Naturales, Proyecto: Ven/79/001) Región Natural 22: Serranía del Interior. Caracas: Autor.
- Shagam, R. (1960). Geología de Aragua central (Venezuela). Ministerio de Minas e Hidrocarburos, Dirección de Geología. Bol. Geol., Public. Esp. Vol. III, Nº 2, 574-675. Caracas
- Dengo, G. (1951). Geología de la región de Caracas. Boletín de Geología y Minas, Vol. 1, Nº 1, 39-116. Caracas.
- Aguerreverre, S. E. y Zuloaga, G. (1937). Observaciones geológicas en la parte central de la Cordillera de la Costa, Venezuela. Boletín de Geología y Minas, Vol. 21, 3-22. Caracas.
- González, L. (1972). Geología de la Cordillera de la Costa, zona centro occidental. IV Congreso Venezolano de Geología Caracas. Noviembre, 1969, Boletín de Geología y Minas, Publ. Esp.5, 3: 1589-1616. Caracas.
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